La necesidad de un Fondo del Agua para el Biobío

Autoras: Alejandra Stehr y Verónica Delgado

Fuente: El Mostrador

21 de enero de 2022

Hace unos días, diversos alcaldes de la zona propusieron la conformación de una Mesa del Agua, para juntos enfrentar los efectos de la sequía y las proyecciones climáticas desfavorables en cuanto a disponibilidad de agua y su calidad en la región.

La reciente reforma al Código de Aguas, si bien incluye el uso prioritario para consumo humano y saneamiento, además del uso ecosistémico, nada avanza en gobernanza e institucionalidad. Seguirán siendo las organizaciones de usuarios, integradas por los dueños de los titulares de derechos de aprovechamiento de agua, los que tomen las principales decisiones, aunque ahora la DGA tendrá un rol un poco más importante, al tener la obligación de elaborar un plan estratégico de recursos hídricos para cada cuenca, aunque no vinculante.

Además, y aquí lo más importante, seguiremos sin una gestión integrada de cuencas. La reforma no avanzó nada en este tema. Seguirán ríos seccionados, administrados separadamente. Y como si no hubiera una urgente necesidad de transformar el cómo tomamos las decisiones relacionadas al recurso hídrico, se nos propone que la DGA solo se transforme en una Subsecretaría dentro del Ministerio de Obras Públicas, y que se van a robustecer las organizaciones de usuarios, pero no serán organismos de cuenca, con presencia de todos los actores relevantes.

En este escenario, entonces, como mujeres académicas de regiones y con cuencas con problemas de temas de cantidad y calidad de agua insuficientes, con cientos de personas que la reciben en camiones aljibe y ecosistemas que cada día se están deteriorando por la gestión separada que se hace del suelo y el agua, somos partidarias de la conveniencia de constituir un Fondo de Agua en el Biobío, lo que implica, sin duda alguna, un paso ambicioso y más eficiente en materia de gobernanza del agua.

¿Qué son los Fondos de Agua? Son organizaciones que diseñan e impulsan mecanismos (financieros, de gobernanza, etc.,) para proteger las fuentes de agua, teniendo como objetivo la seguridad hídrica de la cuenca, a partir del esfuerzo conjunto entre los sectores públicos, privado, académico y sociedad civil, considerando las proyecciones futuras.

Ya existen experiencias exitosas en Chile y el extranjero. Ellos surgieron como una respuesta local al reto de la seguridad hídrica desde una visión principalmente enfocada en los aspectos de conservación de las cuencas. En América Latina se han implementado 26 Fondos del Agua, impulsados por la Alianza Latinoamericana de Fondos del Agua, siendo el Fondo de Agua Santiago-Maipo el primero en Chile. Ellos acaban de aprobar exitosamente su Plan Estratégico a 5 años, comenzando a operar el 2021 y tenemos la fortuna de haber recibido el ofrecimiento de ayuda.

Esperanzadas, entonces, esperamos que la cuenca del Biobío sea el segundo Fondo del Agua en Chile, esfuerzo que debería ser liderado por el gobernador regional, con participación de todos los entes y gobiernos locales. Lo necesitamos y trabajaremos por ello.