Justicia ambiental en la reactivación económica

Autor: Oscar Reicher

Fuente: Diario de Concepción

20 de junio de 2020

En los últimos días se han presentado diversas propuestas para la reactivación económica. Dentro de ellas encontramos la elaborada por economistas de una transversal orientación política denominada “Propuestas para la protección y la reactivación” y el “Acuerdo Covid” que fue convenido por algunos partidos políticos.

Llama la atención que en ambos documentos se remarque la idea de agilizar la tramitación ambiental de distintas inversiones, que están principalmente focalizadas en obras de infraestructura hídrica. Tal parece ser que la reactivación económica que vendrá se hará bajo presión de los ecosistemas del país.

Sin desconocer la importancia de la reactivación económica, no es posible perder de vista la necesidad que incorporen la variable ambiental. La reactivación económica no puede transformarse en la meta, sino que en el mecanismo a utilizar para alcanzar mejores condiciones sociales y ambientales. Entramos a la etapa de decidir entre medidas económicas fósiles (vinculando la economía con combustibles fósiles) o medidas que nos lleven a un desarrollo sustentable.

Las consideraciones ambientales no son un tema a descuidar ya que el origen de esta pandemia está vinculado al impacto sobre la naturaleza de la actividad humana. La ciencia ha demostrado que el imperceptible límite entre la interfaz Naturaleza-Personas, ha generado este virus y que es cada vez más recurrente los contagios por nuevos virus.

Por ello, el problema no es menor y debe ser considerado en las medidas de reactivación económica. La evidencia internacional nos muestra diversos mecanismos útiles para ello: aumento gradual del precio de carbono junto con estimular investigaciones sobre transición a energías con bajos niveles de contaminantes atmosféricos, salvatajes económicos para empresas en dificultades condicionado a mejoras ambientales en su operación (por ejemplo, aerolíneas), estándares de sustentabilidad para la construcción de proyectos inmobiliarios, entre otros.

La justicia ambiental no sólo implica que las cargas y beneficios socioambientales que produzcan estos paquetes de reactivación económica sean mejor distribuidos; sino que también debe incluir la protección y recuperación de los ecosistemas. En el contexto actual de megasequía y crisis climática, debemos empujar a Chile a tomar la iniciativa en la adopción de prácticas ambiciosas que propicien una reactivación económica que genere mejores condiciones sociales y ambientales.